Carlos Osoro | 18 de mayo de 2020
El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, recuerda la importancia y el legado de la figura de san Juan Pablo II.
Al ser elegido Papa, san Juan Pablo II clamó: «Abrid las puertas a Cristo». A lo largo de su pontificado, se dirigió a jóvenes y familias a través de los encuentros internacionales, reformó los seminarios, fue a perdonar a quien le había intentado matar de un tiro, habló con todos los hombres, no lo separaron ni ideas, ni religiones… En momentos duros de la humanidad, se hizo presente con palabras y obras. Y, como Sucesor de Pedro, en todo momento tomó al pie de la letra las palabras del Señor: «Id por el mundo y anunciad el Evangelio».
Lo viví de cerca, porque tuve la gracia inmensa de ser nombrado por él obispo de Orense y, más tarde, me trasladó y nombró arzobispo de Oviedo. También tuve el privilegio de estar con él en la última visita ad limina del Episcopado español, pocos meses antes de que entregara la vida al Señor.
Gracias, san Juan Pablo II. Todos los días pido tu intercesión.
La embajadora de Polonia en España recuerda la figura de san Juan Pablo II y su capacidad para hacer creer a su país que las cosas podían cambiar.
Karol Wojtyla fue un líder y asumió ese liderazgo desde joven. Personificó un nuevo estilo del ministerio pontificio, pastoral y evangélicamente enérgico.